Nosotros hablamos en la cancha

En el fútbol como en la vida uno puede hablar y ser libre de decir lo que quiera, pero también tiene que hacerse cargo de lo que uno dice. Si vas a provocar hay que bancarse la represalia o cumplir con hechos esas promesas vacias al viento que uno hace.

Parece que todavía no entienden que a esta selección no hay que provocarla, porque a la hora de hablar, ellos lo hacen donde hay que hacerlo: dentro del campo de juego.

En el fútbol, las palabras previas pueden calentar el ambiente, pero los partidos se ganan dentro del campo. La Selección Argentina lo dejó en claro tras la categórica victoria por 4-1 sobre Brasil, en un Monumental que esta vez fue testigo de la superioridad albiceleste.

Días antes del encuentro, Raphinha encendió la previa con una frase provocadora en una entrevista con Rivaldo: «Les vamos a dar una paliza. Les vamos a ganar y voy a marcar un gol», dejando entrever un partido que iba a ser denominado como un baile, en eso acertó, el problema es que los bailados fueron ellos. El equipo de Lionel Scaloni respondió de la mejor manera posible: con fútbol. Al término del partido, varios jugadores argentinos entre ellos Rodrigo De Paul, Cristian Romero, Alexis Mac Allister, Leandro Paredes, hasta Julian Alvarez que suele ser mas mesurado a la hora de hablar,dejaron en claro su postura. «Nosotros hablamos en la cancha», dijeron en distintas entrevistas, dejando una declaración que ya se convirtió en un lema.

El mensaje no es nuevo en esta Argentina campeona del mundo. Se trata de un grupo que ha construido su identidad en base al juego y la mentalidad ganadora, sin necesidad de entrar en guerras dialécticas. Lo hicieron en la Copa América 2021, en el Mundial de Qatar y ahora, una vez más, en un clásico ante Brasil. No se trata solo de ganar, sino de la manera en la que lo hacen. Cada partido reafirma la idea de que este equipo es mucho más que una generación dorada: es un grupo con hambre de gloria y convicción en su fútbol.

La contundencia en el marcador y la solidez en el rendimiento dejan poco espacio para discusiones. Brasil, por su parte, se quedó sin respuestas futbolísticas y con la sensación de que la verborragia previa fue un búmeran. A veces, el ruido mediático es innecesario cuando enfrente hay un equipo que se expresa con goles, juego y una jerarquía incuestionable.

La contundencia en el marcador y la solidez en el rendimiento dejan poco espacio para discusiones. Brasil, por su parte, se quedó sin respuestas futbolísticas y con la sensación de que la verborragia previa fue un búmeran. A veces, el ruido mediático es innecesario cuando enfrente hay un equipo que se expresa con goles, juego y una jerarquía incuestionable.

Más allá del resultado, la declaración de los jugadores postpartido deja una enseñanza que va más allá del fútbol: las palabras pueden quedar en la anécdota, pero lo que realmente importa es lo que se hace en el terreno de juego. Y ahí, esta Argentina sigue marcando la diferencia.

Argentina sigue en lo más alto del fútbol mundial, y esta victoria no solo refuerza su presente, sino que también manda un mensaje claro: la verdadera respuesta siempre está en la cancha.