Movidas en el Gabinete de Milei: renuncias, nombres nuevos y un “regalito” antes de las elecciones

El Gobierno prepara una serie de cambios en su gabinete en la previa de las elecciones. La renuncia del canciller Gerardo Werthein abrió una cadena de rumores y movimientos internos. Antes de irse, firmó 80 designaciones diplomáticas.

A días de las elecciones, el Gobierno de Javier Milei empieza a mover el tablero. Lo que suele pasar después de una derrota electoral, en este caso parece anticiparse a lo que pueda ocurrir el domingo.

El primer nombre confirmado es el del canciller Gerardo Werthein, que presentó su renuncia con efecto a partir del lunes 27 de octubre. Pero antes de dejar el cargo, Werthein firmó un total de 80 designaciones en embajadas y consulados argentinos en el exterior, una decisión que dentro del oficialismo fue interpretada como un “regalito” de despedida. Todos esos cargos implican sueldos en dólares y beneficios diplomáticos.

Mientras tanto, ya circulan los posibles reemplazos para el Ministerio de Relaciones Exteriores: Carlos Ruckauf, Fulvio Pompeo, Federico Pinedo y Fernando Iglesias suenan como candidatos a ocupar la Cancillería.

En la Casa Rosada, los rumores no paran. Según trascendió, Santiago Caputo, uno de los hombres más cercanos al Presidente, asumiría la Jefatura de Gabinete, lo que consolidaría aún más el poder del círculo íntimo de Milei. Guillermo Francos, actual ministro del Interior, podría pasar a Cancillería, mientras que Guillermo Montenegro, intendente de Mar del Plata, es el nombre que suena con fuerza para Defensa.
A su vez, Federico Sturzenegger quedaría al frente del Ministerio de Economía, reforzando el perfil técnico y liberal del equipo económico.
En el área política, Diego Santilli sería el nuevo ministro del Interior, y Cristian Ritondo reemplazaría a Martín Menem al frente de la Cámara de Diputados.

Sin embargo, nada está cerrado: las definiciones finales dependen del visto bueno de Karina Milei, figura clave en el armado interno y guardiana del círculo presidencial.

Los cambios, en plena campaña, despiertan lecturas cruzadas. Para algunos, se trata de un intento de oxigenar el gabinete y fortalecer la gestión antes de una nueva etapa. Para otros, un movimiento apresurado que evidencia tensión dentro del Gobierno y preocupación por los resultados que puedan surgir de las urnas.

Mientras el Mileismo acomoda sus piezas, la gran pregunta es si estos movimientos son parte de una estrategia de poder… o el anticipo de un escenario que el Gobierno ya teme enfrentar.