Martín Miguel de Güemes: de héroe gaucho a leyenda eterna del norte argentino

El 17 de junio se conmemora la muerte del único general argentino caído en combate durante las guerras por la independencia. Desde su infancia en una familia acomodada, pasando por su consagración militar y política, hasta su trágica muerte, la historia de Güemes es la de un líder que defendió al país hasta el último aliento.

guemesMM-cropped-1024x625 Martín Miguel de Güemes: de héroe gaucho a leyenda eterna del norte argentino

Un niño salteño que soñó con la patria

Martín Miguel de Güemes nació el 8 de febrero de 1785 en Salta, en una familia de buena posición. Su padre, Gabriel de Güemes Montero, era español; su madre, María Magdalena Goyechea y la Corte, jujeña.

Desde joven mostró valentía: durante la primera invasión inglesa, con solo 21 años, logró rendir un buque británico encallado en el Río de la Plata al mando de un grupo de húsares a caballo. Ese joven se convertiría en símbolo de la resistencia gaucha.

Un militar infatigable en la causa revolucionaria

En 1810, con la Revolución de Mayo, le encargaron patrullar la quebrada de Humahuaca. Participó en la victoria de Suipacha, aunque no fue mencionado en el parte oficial por haber insistido en perseguir a los realistas, algo que no cayó bien en la plana mayor.

Fue ascendido a capitán y considerado un oficial infatigable. Su espíritu rebelde, sin embargo, lo enfrentaría pronto con algunos de sus superiores.

belgrano-y-guemes-20220621-1374760-1024x576 Martín Miguel de Güemes: de héroe gaucho a leyenda eterna del norte argentino

Entre San Martín, Belgrano y el amor

La vida privada de Güemes también generó polémica. Fue acusado por Manuel Belgrano de vivir en concubinato con una mujer casada, lo que motivó su traslado a Buenos Aires. Allí conoció a José de San Martín, con quien forjaría una alianza clave en la lucha por la independencia.

Más tarde, su hermana Macacha le presentó a María del Carmen Puch. Se casaron el 15 de julio de 1815 y tuvieron tres hijos. Carmen, además de ser su esposa, participó activamente en la guerra, hasta en tareas de espionaje.

El estratega del norte y el gobernador popular

En 1814, San Martín lo llamó “benemérito” y lo puso al frente de las avanzadas en Salta. El 6 de mayo de 1815, gracias al apoyo del cabildo local y su hermano Juan Manuel, fue designado gobernador de la Intendencia de Salta, que abarcaba Salta, Jujuy y Tarija.

Con sus tropas de gauchos —los «infernales»— lideró la guerra de guerrillas contra los españoles. Su papel fue clave para frenar las sucesivas invasiones realistas. No obstante, su autonomía política generó tensiones con Buenos Aires.

martin-miguel-guemes-guerra-gaucha-1024x604 Martín Miguel de Güemes: de héroe gaucho a leyenda eterna del norte argentino

Entre el abandono porteño y la fidelidad del pueblo

Güemes apoyó decididamente el Congreso de Tucumán de 1816, soñando con una constitución libre. Pero el Directorio, pese a las promesas, le negó ayuda económica para sostener un ejército que ya superaba los 5.000 hombres.

En 1820, San Martín lo nombró General en Jefe del Ejército de Observación sobre el Perú. Pero las disputas internas y los intentos de derrocarlo como gobernador lo mantenían en constante estado de alerta.

La traición, la emboscada y el comienzo del fin

El 7 de junio de 1821, el coronel realista José María Valdés —“El Babarucho”— ingresó sigilosamente a Salta, ayudado por el comerciante Mariano Benítez, quien delató el paradero de Güemes.

Esa noche, mientras intentaba escapar tras un tiroteo en la ciudad, fue herido de un disparo que le ingresó por la cadera y se alojó en la ingle. A pesar de ello, logró escapar a caballo y fue trasladado por sus hombres a la Quebrada de la Horqueta, donde comenzó su agonía.

guemes-1024x576 Martín Miguel de Güemes: de héroe gaucho a leyenda eterna del norte argentino

Los últimos días del general

Rodeado de sus gauchos, Güemes recibió la visita de emisarios españoles que le ofrecieron asistencia médica a cambio de su rendición. Los rechazó con firmeza y ordenó a su segundo que continuara la lucha hasta la victoria.

El 17 de junio de 1821, con solo 36 años, falleció. Fue sepultado primero en El Chamical, y sus restos fueron trasladados varias veces hasta llegar a la Catedral de Salta, donde descansan en el Panteón de las Glorias del Norte.

La mujer que murió de amor

Su esposa, Carmen Puch, quedó devastada. Según la tradición familiar, dejó de comer tras la muerte de su esposo y su pequeño hijo Luis. Murió menos de un año después, a los 25 años, el 3 de abril de 1822.

El legado que tardó en ser reconocido

Al morir, un diario porteño escribió con desprecio que “había un cacique menos”. Recién en el siglo XX su figura fue reivindicada como uno de los máximos héroes del norte argentino. Fue el único general argentino que murió en combate durante la independencia.

Cada 17 de junio, en el monumento que lo recuerda al pie del cerro San Bernardo, Salta canta, baila y recuerda al general que no se rindió jamás.

Compartir este contenido: