La ola digital sacude la política
Durante el período de campaña, y de manera especialmente notable en la jornada electoral, Manuel Adorni emergió como la figura dominante en términos de menciones y alcance. Este liderazgo se fundamentó en el sólido respaldo del aparato libertario y en una estrategia comunicacional efectiva que amplificó significativamente su visibilidad en el ámbito digital.

El vocero presidencial obtuvo el 30,1% de los votos. Leandro Santoro se posicionó en segundo lugar, con el 27,4% de los votos, implementando una estrategia activa orientada a disputar la conversación en las redes, aunque con un volumen de menciones considerablemente menor en comparación con Adorni. Santoro acumuló 89.000 menciones, frente a las 154.000 de Adorni.
Es relevante destacar que tanto Adorni como Santoro dirigieron sus mensajes estratégicamente hacia el PRO, aunque adoptando enfoques divergentes. Santoro optó por una crítica directa a la gestión del PRO, mientras que Adorni, sin recurrir a la confrontación explícita, capitalizó el malestar generado por la falta de consensos dentro del espacio y el significativo impacto negativo en redes sociales de la caída del proyecto Ficha Limpia.
En este escenario, la figura de Silvia Lospennato, quien obtuvo el 15,9% de los votos y 78.000 menciones, no logró establecerse con firmeza en el debate digital. Su desempeño generó interrogantes sobre su capacidad de tracción electoral y la relegó a la opción con menor adhesión en la conversación digital orgánica.
El análisis del “sentiment” durante la jornada electoral revela una dinámica interesante. Tanto Adorni como Santoro experimentaron una mejora en su valoración positiva en las redes, impulsados por el respaldo sostenido de sus respectivas comunidades digitales. En contraste, Lospennato registró un incremento en la negatividad, lo que la señaló como la principal perdedora en términos de percepción digital durante esa jornada.
Mientras que Adorni elevó su sentimiento positivo en un +7% pasando al 60%, Santoro lo hizo en un +6% llegando al 59%, Lospennato, vio caer su sentimiento positivo un -10% quedando en 50%.
En contraposición a la dinámica individual de los candidatos, el PRO, como espacio político, no logró consolidar su presencia en el ámbito digital. A pesar de una activación intensa durante el fin de semana electoral, el partido no obtuvo una respuesta proporcional en términos de interacción o un posicionamiento sólido y duradero entre las audiencias en línea.
En conclusión, más allá de los resultados reflejados en las urnas, la conversación en el entorno digital se ha configurado como un espacio con reglas y lógicas propias. Este espacio no solo amplifica los climas de época y prioriza la difusión de memes sobre los análisis partidarios tradicionales, sino que también transforma la celebración electoral en un fenómeno cultural y digital que trasciende las categorías convencionales de victoria o derrota. La política, en consecuencia, se ve cada vez más influenciada y moldeada por estas dinámicas digitales.
Autor: Rita Colombo
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